Pero levantaré para mí un sacerdote fiel que hará conforme a los deseos de mi corazón y de mi alma; y le edificaré una casa duradera, y él andará siempre delante de mi ungido" (1 Sam. 2:35).
Samuel es figura de los líderes que Dios está preparando y buscando hoy en este tiempo presente. Samuel, quien llegó a ser un profeta de Dios, desarrolló su privilegio dentro del templo como un sacerdote, substituto de Elí.
Analicemos primeramente quien era Elí. La Biblia revela en el capítulo 2 de I de Samuel, que Elí había sido llamado por el Señor para ministrar las ofrendas, tanto él como sus hijos. La Biblia revela que los hijos de Elí andaban haciendo cosas desagradables delante del Señor. Esto desagradó tanto al Señor que El decide rechazar a Elí y a sus hijos, quienes abusaban continuamente de las ofrendas del santuario.
Veamos que es lo que puede hacer que Dios rechace a un sacerdote:
1. La falta de conocimiento en Dios (I Sam. 2:12):
El verso 3 del primer capítulo nos revela que estos hijos de Elí, eran sacerdotes en Silo, lugar donde se encontraba el templo del Señor. A estos les correspondía el sacerdocio por descendencia de Elí, según el verso 12 del capítulo 2, que no conocían al Señor.
2. Como es posible que se pueda estar ministrando ofrendas y sirviendo delante del Señor sin conocerle? Esto me habla de que es importante trabajar sobre la preparación de aquellos que suben al altar, de manera que no ignoren algo de lo cual pueda causarles destrucción.
Todos sabemos que Dios es santo. Sin embargo puede suceder que haya personas que estén desarrollando privilegios como estos sin percatarse de esta realidad, caminando muy distante de lo santo de Dios.
Además debemos de mencionar que existen personas que desconocen al Señor por la simple razón de que no prestan atención a la palabra de Dios. Son personas sin conocimiento, carentes del amor hacia la palabra, faltos de entendimiento y entrega a lo espiritual. Estos, lamentablemente, llevan el mismo rumbo que los hijos de Elí, hombres indignos que no temen a Dios ni aman las cosas de Dios.
3. El tomar de las ofrendas para satisfacción propia (I Sam. 2:15):
Todos sabemos que Dios es celoso y que no comparte su gloria con nadie. Todos sabemos que la ofrenda lleva gloria, honra, reconocimiento; y es lamentable cuando alguien intenta tomar para si esa gloria. Es decir, que alguien con una mente inmadura se atreva a tomar para sí lo que le corresponde a Dios solamente. Cuantos hay ostentando posiciones para ser vistos por los hombres. Muchos otros, con fines de lucro, satisfaciendo sus propios placeres, estos de igual manera corren el mismo riesgo que los anteriores, amenos que se conviertan de todo corazón a Dios y se arrepientan.
4. El menosprecio de las ofrendas (I Sam. 2:17).
El libro de Malaquías 1:6-10, nos relata claramente lo que Dios piensa de aquellos que menosprecian sus ofrendas. Es notable la amonestación y clara la reprensión que Dios hace a los sacerdotes quienes deberían saber lo importante que son para Dios las ofrendas.
Actitudes como estas se dan como resultado de la falta de conocimiento en los servidores del altar -- sean líderes, músicos, cantores, directores, etc. Cada servidor debe saber que tan importante es el tener conocimiento de estas verdades que pueden hacer de su ministerio un ministerio glorioso, o un ministerio de muerte.
Características de líderes que Dios está buscando.
Dios está buscando adoradores en espíritu y en verdad. El libro de Samuel revela algunas características de los sacerdotes que Dios en este tiempo está buscando:
1. Pero levantaré para mí …
Notemos con que celo Dios expresa estas palabras "Para mí". Esto me indica que Dios está cansado de que hayan personas interesadas en ellos mismos, algunos llamados ministros de alabanza que no se interesen en las cosas santas de Dios, ni mucho menos en adorarle a él.
2. Un sacerdote fiel …
La segunda característica que Dios desea encontrar en sus sacerdotes es fidelidad. Cuantos hay que vienen de aquí para allá en busca de posiciones solamente, inconstantes, infieles, que dejan detrás su responsabilidad con tal de no enfrentarse a la realidad de sus necesidades espirituales.
La Biblia claramente dice que el que es fiel en lo poco, más se le da; Pero lamentablemente, a veces le damos más a aquel que ha sido infiel que al mismo fiel. Ese fue el tremendo error de Elí, quien en lugar de llamar la atención fuertemente a sus hijos los recompensaba dándoles privilegio delante del templo del Señor.
Dios recompensa la fidelidad y está buscando siervos y siervas que por medio de ser fieles alcancen los objetivos más altos que honren el nombre de Cristo. Samuel fue uno de ellos, un siervo sencillo dispuesto a ***plir con fidelidad la palabra de su Dios.
3. Que haga conforme a los deseos de mi corazón y de mi alma …
Además de ser fiel, el Señor busca sacerdotes dispuestos a hacer lo que Dios manda. Es decir que estén dispuestos a ejecutar la voz de Dios en todo momento. Un ejemplo de esto es cuando muchas veces el Señor pone en nuestro corazón ministrar algún canto o realizar algo que posiblemente nos va a causar vergÜenza, como postrarnos, humillarnos delante de la congregación, pedir perdón por alguna falta, etc. Actitudes como estas deben de ser aceptadas y ***plidas de parte de aquel que anhela agradar a Dios y hacer los deseos de él.
Dios está buscando personas que se dejen guiar por el Espíritu y no por la carne, siervos que estén prestos a oír la voz de Dios y ejecutarla. Hombres y mujeres que como Samuel digan: "He aquí Señor, habla que tu siervo escucha" (I Sam. 3:10).
4. Que ande siempre ungido.
Veamos la proyección de sacerdocio que Dios está buscando. No dice que ande cada domingo ungido, sino siempre ungido. Es decir que cada vez que ministre delante de Dios pueda experimentar su unción, su gracia y su poder. Sacerdotes fieles, dispuestos, entregados a vivir una vida agradable al Señor, vasos que anhelen siempre ser respaldados por el poder del Espíritu.
El propósito de Dios para la vida de Samuel fue levantarlo en lugar de Elí, quien perdió la visión del ministerio que Dios le había encomendado, pero ahora Dios estaba dispuesto a levantar un sacerdote conforme a su corazón, quien sería no solamente el sacerdote del templo, sino también el profeta de Israel.
Invito pues a que cada ministro de alabanza de su corazón para lo que Dios desea hacer en este tiempo con su pueblo. Creo que sobre todo, el poner atención a su palabra puede hacer que podamos comprender más y más lo que él desea de cada uno de nosotros.